sábado, 20 de noviembre de 2010

Relojes IWC

El Relojero Kurt Klauss, reconocido entre Los Maestros Relojeros de la manufactura Suiza IWC y uno de los más renombrados del mundo de la Relojeria Moderna por sus aportaciones tecnológicas, aplicadas a los movimientos mecánicos de alta complicación, ofreció un exclusivo Curso Práctico de Relojería en El Petit Palais, sede de la Boutique IWC En Argentina.

Los Amantes de la marca IWC, exigentes coleccionistas de Los Relojes De Lujo y expertos periodistas tuvieron la posibilidad de experimentar la precisión y la complejidad de los movimientos mecánicos de estas joyas de la Relojeria Suiza que marcan con precisión el paso del tiempo en nuestra muñeca. La clave de la formación relojera impartida consistió básicamente en rendirse ante la paciencia y el visible entusiasmo del Sr. Kurt Klauss que, junto a un equipo de Relojeros Profesionales, seguía paso a paso las evoluciones de los aprendices que intentaban estar a la altura del Maestro Relojero y del desafío que representaba trabajar en un calibre de la calidad y complejidad del IWC al que se estaban enfrentado.

En este sencillo curso de relojería básica, se trató de desmontar y montar un mecanismo de la Casa IWC bajo las órdenes y las explicaciones del prestigioso relojero. Así fue posible jugar a ser relojeros durante un breve encuentro. Si la intención fuera aprender la profesión de relojero en Suiza, se habría de dedicar un mínimo de cuatro años, un largo período en el cual se forman los más expertos relojeros del Mundo en la Cuna De La relojería clásica.

Para la realización de las prácticas se utilizó un mecanismo mecánico IWC Pocket Watch, diseñado en 1930 pero aún en producción. Se trata de un caso único ya que, además de permanecer en funcionamiento, se trata de un modelo que nunca sufrió modificaciones. Es decir, no fue readaptado o reeditado como ocurre con muchos otros calibres o mecanismos actualmente en uso. La única variable es que, como los relojes de bolsillo quedaron como recuerdo nostálgico del pasado, ahora este calibre se utiliza para los relojes de pulsera de gran formato. Más precisamente para el modelo IWC Portugués Minute Repeat.

El objetivo del curso fue mostrar lo que un relojero necesita para dedicarse a su trabajo. básicamente la utilización de las herramientas de relojero adecuadas.

Kurt Klauss, conocido internacionalmente como el Einstein de Schaffhausen, La Ciudad Suiza donde reside la manufactura relojera IWC, Kurt Klauss fue el inventor del revolucionario módulo de calendario perpetuo para el cronógrafo automático IWC Da Vinci, comercializado en el año 1985. Esta invención evita que quien luzca este modelo deba hacer correcciones por más de 300 años. Los movimientos de calendario perpetuo tienen en cuenta los años bisiestos,  el IWC Calendario Perpetuo, posee una exclusiva indicación del año en cuatro cifras. Este adelanto técnico, aún no ha sido superado, lo que demuestra la importancia de la invención. Para celebrarlo, más de 20 años después de aquel extraordinario desarrollo, IWC homenajeó en el año 2007 a este destacado relojero al lanzar la colección IWC Da Vinci Calendario Perpetuo Edición Kurt Klauss, una serie limitada de 50 ejemplares en platino y 500 en oro rosa.

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Diez años después de su renacimiento, el mítico Reloj Potugués de IWC se presenta con más fuerza, en una completa versión del Reloj  IWC Portugues Calendario Perpetuo, que tiene como base el gran mecanismo automático IWC con cuerda Pellaton, con siete días de reserva de marcha e indicación de fecha, el calendario perpetuo y un indicador inédito fue patentado en el año 2003.

Esto constituye una nueva evolución en el calibre 5000, que necesitó cuatro años de arduo trabajo para su construcción y desarrollo. Su caja de platino, con cristal de zafiro ligeramente abombado y fondo trasparente. Tiene un diámetro de 44,2 milímetros, y un espesor de 15,5 milímetros y un peso de 190 gramos. La esfera plateada con indicador de fases lunares (hemisferio norte y sur) a las 12 horas, fecha de reserva de marcha a las 3 horas, y mes a las 6 horas, año con cuatro cifras entre las 7 y las 8 horas, y segundero y día de la semana a las 9 horas.  Con cifras árabes e índices aplicados. Este reloj es una serie limitada de 250 ejemplares, con plusera de piel de cocodrilo con hebilla de platino. Existe también con la caja y hebilla en oro amarillo o rosa de 18 quilates, la versión en oro rosa tiene esfera negra y ambas pesan 160 gramos.
El precio aproximado para la versión en oro es de 24.900 euros, y para la versión en platino 36.900 euros.

Su movimiento de cuerda Pellaton cuenta con una reserva de marcha de siete días y señalización de fecha con cuatro cifras.

El anillo de la fecha tiene el papel protagonista pues se ha convertido en calendario perpetuo. Las fases de Luna de este modelo constituyen una primicia mundial patentada por IWC. El indicador tradicional de esta complicación es un recorte semicircular en la esfera, bajo el cual giran dos lunas amarillas que aparecen en la fase en la que se encuentra el satélite visto desde el hemisferio norte de la Tierra. En este reloj IWC da el paso a aportar la visión de las fases lunares desde los dos hemisferios terrestres.

La construcción que permite esto, consiste en un disco con dos resortes circulares, uno frente al otro, que gira sobre una superficie amarilla, en la que hay dos círculos negros, del mismo tamaño, que reposan sobre la horizontal. De este modo se producen dos indicadores de las fases lunares, que no están en un punto fijo, sino en constante movimiento. Por encima de la mitad se puede ver la forma de la Luna tal y como se nos presenta en el hemisferio norte; por debajo se indica el estado de la Luna vista desde el hemisferio sur.

Al disponer de más espacio gracias al gran tamaño del reloj, ha sido posible dotarle de una gran exactitud, mediante un nuevo círculo del número de dientes en las ruedecillas lunares, con lo que se consigue que el desvío en las fases lunares sea tan sólo un día cada 577 años.

El cómputo astronómico para una revolución completa de la Luna en torno a la Tierra, es de 29 días, 12 horas, 44 minutos y 3 segundos. Por regla general, la ruedecilla lunar de la mayoría de los relojes de pulsera tienen 59 dientes y dos lunas opuestas. Para una fase lunar de este reloj requiere por tanto 29 días y 12 horas.

Los 44 minutos y 3 segundos se acumulan tras 32 meses hasta sumar un día. Tal desviación debe regularse de nuevo mediante un pulsador de corrección. Gracias al mayor número de dientes, en este reloj Portugués, la corrección no será necesaria hasta dentro de 577 años, además, el control del calendario a través de la corona.

El calibre 50611 del IWC Perpetual Calendar, dispone de una reserva de marcha de 7 días. Con cuerda Pellaton automática y calendario perpetuo, dispone de espiral Breguet y rotor con decoración de medallón de oro amarillo de 18 quilates. Tiene 66 rubíes, 18.800 alternancias por hora.

El sistema de cuerda es una contrucción, patentada por la manufactura relojera Suiza IWC desde hace años, obra de Albert Pellaton, director técnico de la manufactura entre 1944 y 1966, y que se ha utilizado en relojes tan legendarios como el IWC Yacht Club o el IWC Ingenieur. En este sistema el muelle de la cuerda se tensa no necesita más que un leve movimiento para tensarse, pues el mecanismo traduce cada movimiento del rotor en energía, independientemente de la dirección en que rige. Necesita 1960 revoluciones del rotor, para que el mecanismo tenga toda la cuerda. Para comprobar cuanta energía resta dispone de un indicador de resrva de marcha que trabaja de forma concéntrica con el indicador de la fecha, en las 3 horas.

Una manecilla más corta va marcando lo que resta para que se acaben los siete días de cuerda en un círculo interior, que se lee perfectamente.

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